El coco es un fruto tropical que es conocido a nivel internacional por su delicioso sabor y propiedades. Su agua se disfruta bien fría, su carne se combina perfecto con chile y limón, y se puede hacer aceite y leche con él. Sin embargo, hay una parte del coco que es desconocida para muchos: su manzana.

La manzana de coco tiene forma de una esfera y al comerla su sabor es más dulce, tiene una crema muy peculiar espesa y con gránulos característicos de este fruto. Se trata de un sabor cotidiano relacionado con la tuba, una bebida nutritiva y refrescante obtenida de la espiga de flores de la palma cocotera.

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La manzana de coco se forma cuando un coco cae de la mata y al cabo de los meses el agua en su interior se transforma en una esponja que nutre y ayuda a germinar una nueva planta que se va a convertir en otro cocotero. Solamente se puede comer en las primeras etapas de germinación, cuando la manzana tiene de 3 a 15 cm, es decir el tallo debe tener alrededor de 25 cm para obtener una manzana de coco en su mejor etapa.

Además de ser deliciosa, conserva todos los beneficios del coco como propiedades bactericidas y antioxidantes. También es una fuente rica de vitaminas y minerales. Lo más recomendable es comerla al natural, pero también se puede comer rallada o en dulces y helados.

Esta fruta es jugosa y cuando está tierna es dulce y es súper exquisita como todos los tesoros que nos ofrece la mata de coco.